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PUBLICACIONES
COMENZAR
CON BUEN PIE EL CURSO ESCOLAR.
Durante los meses de
Septiembre- Octubre, los alumnos de las diferentes edades se vuelven a incorporar al
sistema educativo después de unos meses de descanso.
Algunos alumnos durante el
verano han asistido a recibir apoyo escolar, para que de esta manera no se
produjese una desconexión total, otros han realizado cuadernos de vacaciones en
casa y algunos han pasado por los meses de verano sin apenas abrir un libro.
Los alumnos del instituto que
han tenido que recuperar asignaturas han repasado durante estos meses. Algunos
han pasado de curso y otros repiten.
Muchos de los estudiantes
vuelven al colegio con ganas e ilusión, por el simple hecho de volver a ver y
jugar con sus compañeros. Otros en cambio, comienzan desmotivados y con poco
interés.
Después de un verano donde la
rutina ha sido diferente a la del resto del año, al igual que los adultos
cuando se incorporan al trabajo después de sus vacaciones, debe haber un
periodo de adaptación.
Muchos padres confían en sus
hijos cuando comienzan el curso escolar porque les aseguran que lo harán con un
gran esfuerzo. Confiar en los hijos en fundamental y positivo, pero no debemos
olvidar, que esa motivación de los primeros días va poco a poco disminuyendo en
muchos de los casos y la aportación de los padres en estos momentos es
fundamental.
El inicio de algo, sea un
deporte, una relación, o los propios estudios debe ser tomado en cuenta con
mucha importancia y atención. El inicio del curso puede tener consecuencias
sobre lo que sucederá en los siguientes meses. Por ello, cada padre y madre
debe conocer las virtudes y limitaciones de sus hijos para que las
consecuencias a lo largo del curso sean positivas y no negativas.
Para ello, es importante que:
-
Animen a los niños a ponerse un calendario de
estudio
- Revisen la agenda de los niños antes de ir a dormir
para comprobar que los deberes están hechos.
-
Se anime y motive al niño cada vez que realice su
estudio.
-
Se establezcan unos límites en cuanto al estudio y
las demás actividades.
-
Se establezca un contrato de beneficios por un buen
comportamiento y estudio.
Además la situación actual
por la cuál está atravesando el sistema educativo tiene repercusiones sobre el
profesorado y el alumnado. Por ello, es importante como padres, que apoyemos y
animemos a los hijos en su proceso, proporcionándole todo aquello que esté en
nuestras manos, dándoles lo mejor de nosotros mismos, e inculcándoles a luchar
por sacar adelante aquello que quieren.
Otra serie de cambios que
sufren los niños es el cambio de rutinas: la hora de levantarse y la de irse a
dormir cambian, para ello es importante establecer horarios de sueño adecuados.
La alimentación sana es otro factor a tener en cuenta, ya que la alimentación
que posea una persona influye en su rendimiento académico.
Por último, no debemos
olvidar que el éxito académico no sólo depende de las capacidades intelectuales,
sino de las capacidades sociales y emocionales. Si detectamos algún problema de
esta índole en nuestros hijos es importante que lo comuniquemos a un
profesional, para de esta manera recibir el asesoramiento adecuado para
nuestros hijos.
Educar es ir más allá de las
capacidades intelectuales, educar es proporcionarle a las personas las
herramientas y recursos necesarios para un buen desempeño de su vida personal,
social y académica, y para ello hay que educar no sólo en la parte académica,
sino en la parte de los valores, emociones, habilidades sociales, autoestima,
seguridad y confianza en uno mismo.
Si como padres conseguimos educar
en estos factores tendremos niños que crecerán siendo felices y con los
recursos necesarios para conseguir en la vida aquello que deseen.
Aprender es como remar contra
corriente: en cuanto se deja, se retrocede.
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